Un usuario anónimo de 4chan filtró el código fuente de Saints Row IV.

Recientemente, los usuarios de 4chan descubrieron una publicación intrigante de un usuario anónimo que, sin previo aviso, publicó en la red el código fuente de Saints Row IV acompañando la publicación con la lacónica frase «¡AL CARAJO Embracer Group!»

Según las especulaciones de los jugadores, el responsable sería un empleado descontento del extinto estudio Volition, cerrado por el holding Embracer el verano pasado como parte de una reestructuración.

La filtración incluye archivos del juego con un peso total de más de 200 GB. Además del código fuente, se encuentran diversos recursos, archivos de sonido, videos, documentación e incluso herramientas internas de desarrollo. Esto abre la puerta a la creación de modificaciones globales por parte de entusiastas.

Hasta el momento, Embracer Group se ha abstenido de emitir comentarios.

Este evento sin precedentes pone de manifiesto la tensión creciente entre los desarrolladores de videojuegos y las grandes empresas que los adquieren. La filtración del código fuente de Saints Row IV, un juego popular y con una base de fans considerable, no solo representa una violación de la propiedad intelectual, sino que también simboliza una profunda insatisfacción por parte de los desarrolladores con las prácticas de Embracer Group.

Se especula, y esto es importante destacarlo, que la acción es un acto de protesta contra los despidos masivos y las decisiones empresariales que, según los rumores, no valoraron debidamente el trabajo y la dedicación del equipo de Volition. La magnitud de la filtración (más de 200 GB de datos) refleja la cantidad de trabajo y esfuerzo invertidos en el desarrollo del juego, y el impacto potencial de esta acción en la reputación de Embracer Group es significativo.

El futuro dependerá de la respuesta legal de la compañía y las acciones que tomen con respecto a los responsables de la filtración, así como de cómo la comunidad de modding aproveche la oportunidad para extender la vida útil del juego de maneras inesperadas y quizá creativas. Este caso establece un preocupante precedente en la industria del videojuego, destacando la necesidad de un diálogo más abierto y una mayor consideración del bienestar de los desarrolladores en el proceso creativo.