Un vistazo a la regulación de los videojuegos en el país asiático
Los reguladores chinos han implementado nuevas restricciones en los videojuegos para los niños durante las vacaciones de invierno. Desde mediados de enero hasta el 14 de febrero, se permite a los usuarios menores de edad jugar un máximo de 15-16 horas al mes.
Las principales empresas de videojuegos del país ya han confirmado que cumplirán con estas nuevas normas. Tencent ha establecido un límite de 15 horas desde el 13 de enero hasta el 13 de febrero, mientras que NetEase ha fijado un límite de 16 horas desde el 15 de enero hasta el 14 de febrero.
Las primeras restricciones severas fueron impuestas en agosto de 2021, cuando se permitió a los menores jugar solo una hora los viernes, sábados, domingos y días festivos. Sin embargo, el uso de otras formas de entretenimiento en línea, como la visualización de videos cortos en redes sociales, no está restringido.
En los últimos años, China ha suavizado un poco su postura respecto a los videojuegos, viendo títulos exitosos como Black Myth: Wukong como herramientas para promover la cultura china. En 2024, los reguladores locales aprobaron más de 1,400 juegos, una cifra récord desde 2019. Sin embargo, un estricto sistema de licencias sigue limitando el mercado; a pesar de la popularidad de Black Myth: Wukong, las ventas de videojuegos locales solo aumentaron un 1.7%, alcanzando los 261 mil millones de yuanes (35.6 mil millones de dólares), lo que obliga a los estudios chinos a buscar el éxito en el extranjero.
Tencent y NetEase han estado utilizando sistemas de reconocimiento facial durante varios años para asegurar que los niños no puedan eludir las restricciones a través de cuentas de adultos. Según datos de China Audio-Video and Digital Publishing, para finales de 2023 había aproximadamente 200 millones de usuarios de Internet menores de 18 años en China, y al menos una cuarta parte de ellos sobrepasaron los límites de juego establecidos para 2024.
Reflexión sobre el futuro de los videojuegos en China
Las actuales restricciones reflejan un esfuerzo por parte del gobierno chino para equilibrar el entretenimiento y la salud de los jóvenes. Sin embargo, esto también plantea interrogantes sobre la libertad de expresión y la creatividad en la industria del videojuego en China. A medida que el país continúa viendo el potencial cultural de los videojuegos, podría ser interesante observar cómo estas regulaciones impactan la innovación y el desarrollo de nuevas ideas en un mercado que, aunque restringido, sigue siendo vibrante y competitivo. La búsqueda de un equilibrio entre la protección de los jóvenes y el florecimiento de una industria cultural será un desafío fascinante en los años venideros.