Assassin’s Creed Shadows: Un viento de innovación tecnológica sopla sobre el Japón feudal
El realismo en los videojuegos alcanza nuevas cotas en Assassin’s Creed Shadows. La atención al detalle se manifiesta en cada brizna de hierba que se mece con la brisa, cada hoja que danza en el aire y el suave movimiento del cabello de Naoe, protagonista de esta entrega. Este efecto, que va más allá de lo puramente estético, enriquece el sistema de estaciones y clima del juego, y esconde una sorprendente tecnología, según reveló Digital Foundry en una entrevista con los ingenieros de renderizado del título.
La simulación del viento en Assassin’s Creed Shadows rompe con los esquemas tradicionales de la industria. Lejos de algoritmos simplificados, Ubisoft ha implementado una simulación de fluidos en 3D que interactúa con una representación volumétrica (voxels) del entorno. Esta compleja interacción genera turbulencias y remolinos de una fidelidad nunca antes vista, dotando al mundo del juego de un realismo sorprendente.
El sistema de viento forma parte de una tecnología más amplia denominada “Atmos”, que unifica diversos fenómenos meteorológicos y atmosféricos. “Atmos” procesa datos complejos como la humedad, la temperatura y otros parámetros climáticos para generar de forma procedural las condiciones meteorológicas, incluyendo la formación de frentes nubosos y las corrientes de viento. Este enfoque holístico permite una meteorología dinámica e impredecible, íntimamente ligada a la temática estacional de la aventura. A diferencia de anteriores entregas, donde estos efectos eran eventos preprogramados y repetitivos, «Atmos» crea cambios ambientales naturales y no lineales, gracias a la potencia y capacidad de memoria de las plataformas actuales.
El Viento Invisible de Assassin’s Creed Shadows
Esta tecnología no se limita solo al viento. La iluminación mediante trazado de rayos se integra con “Atmos”, permitiendo que la luz reaccione dinámicamente a los cambios atmosféricos. Las puertas «sedji» brillan desde el interior de las casas, proyectando una luz cálida y acogedora, mientras que las sombras se profundizan en los rincones donde la luz solar no llega. Digital Foundry describe la diferencia como «un salto generacional en la calidad de la iluminación», argumentando que Assassin’s Creed Shadows justifica la adquisición de una PlayStation 5 Pro o un PC de alto rendimiento. En PS5 Pro, el juego funciona a 60 fps estables con trazado de rayos activado y será compatible con la tecnología de escalado PSSR de Sony en una futura actualización. En PC, DLSS y Frame Generation permiten alcanzar los 60 fps en una RTX 4070 o superior.
La simulación del viento afecta a numerosos elementos visuales: el follaje se mueve de forma independiente según la intensidad y dirección del viento; el cabello de los personajes se mece con realismo; las partículas de polvo, hojas, nieve o lluvia son arrastradas por las corrientes de aire; las telas y banderas ondean con naturalidad; y la superficie del agua reacciona con precisión a las variaciones del viento.
La narrativa de Assassin’s Creed Shadows se desarrolla a lo largo de dos periodos distintos en la vida de Naoe, transicionando entre estaciones que van desde la nieve profunda del invierno hasta la exuberante vegetación de la primavera. En cierto punto del juego, incluso se otorga al jugador la capacidad de modificar las estaciones a voluntad. Esta fluidez temporal, combinada con la innovadora tecnología “Atmos” y el trazado de rayos, consolida a Assassin’s Creed Shadows como uno de los juegos visualmente más impresionantes de la actualidad.
Toda esta potencia no solo impulsa la iluminación y el viento, sino también acciones dinámicas como cortar bambú, aumentando la interactividad y la sensación táctil del mundo, evocando títulos como The Legend of Zelda: Breath of the Wild.